Estamos terminando junio prácticamente y para todos quienes tenemos hijos en edad preescolar comienza la aflicción...sí, eso es: un sufrimiento, un zumbido en el oído, una muela del juicio rebelde, un constante peo atravesado 😫. 

Gael en septiembre cumple 4 años, y no asiste a ningún jardín, ni prescolar, ni playgroup, ni nada de esas cosas. El año pasado con casi tres años lo intentamos, pero no resultó. Pero en 2020 le corresponde hacer prekinder y nuestra intención es que lo haga en el colegio donde, al menos, cursará la Básica. Así que como padres responsables estamos barajando nuestras opciones. 

La realidad de San Antonio es muy distinta a la de mi querido, pero superado Santiago. Yo estoy en cuanto grupo de crianza respetuosa hay en facebook y siempre veo consultas de recomendaciones de Colegio Montessori, Waldorf, Reggio Emilia, etc, etc...y los comentarios, ufff, abundan. Me van a disculpar mis coterráneos, pero si yo pregunto por Emily Pikler en algún grupo local, habrá muchas caras de pregunta 😶…(no, no tú poh...si tu estás leyendo esto es porque eres de las nuestras 😉).

La cosa, mis amigos, es que existe un par de opciones con enfoque Montessori en Santo Domingo, pero estamos lejos de poder pagar 150 lucas por hijo. 

Nosotros vivimos empinados hacia un cerro, en una parcela de casi 6 mil m2. Tenemos gallinas 🐓, dos perros 🐶, una gata comando 😼, y mis hijos rayan con el campo 🌼🍃. Conocen el nombre de muchos de nuestros árboles, su mejor panorama en verano es ponerse las botas de agua y regar hasta quedar como piojos y saltan de alegría si el papá llega con flores o árboles para plantar.  Esa es nuestra realidad hasta ahora. 


Hace un mes más o menos con Henry fuimos a ver un colegio que nos recomendaron en Llolleo: es de esos que ahora se llaman Corporación (❓), la mensualidad es muy abordable y nos dijeron que estaba entre los buenos colegios de la zona.  No sé cómo decirlo, pero sentí que entré en el túnel del tiempo para retroceder más de 20 años. Yo estudié en un liceo emblemático de mujeres en Santiago, y ni siquiera ahí, en plena calle Compañía había taaan poco verde como en este colegio. Paredes frías ❌, un patio gris ❌, salas de clases de más de 40 niños❌, dos horas de inglés a la semana ❌❌❌❌❌...ahh, quise arrancar. No había un árbol ni para capear el sol del verano (o quizás sí, pero estaba tan impresionada que no lo vi).

NO. Eso no es lo que queremos para nuestros hijos. Cuando dejamos Santiago hace más de cuatro años, vendimos todo y nos vinimos al campo tomando una decisión consciente: queríamos hijos, y no los queríamos criar en un departamento de 49 mt2 rodeado de gigantes de concreto de 20 pisos. 

NEXT.

La siguiente opción es un colegio con una colegiatura de casi 100 mil, con mucha infraestructura, grandísimas áreas verdes, huerto, arte, deporte, blablabla, con no muy buena fama en lo académico. Y saben. Ese aspecto lo dejo pasar. Lo omito. No me importa tanto. Quiero que mis hijos vayan felices al colegio, que los respeten, que los traten bien, que lo disfruten. ¡Y cómo no he de querer eso si pasarán toda su infancia y adolescencia metidos en un colegio, 7 horas al día! Pero pucha, 100 lucas el próximo año Gael, al año siguiente con Oliver son 200 ….aaahhh….me doy con la cabeza en la pared y no pensé nunca que este momento llegaría taaaaaan rápido 😭.

¿Homeschooling? Somos independientes ✔, tenemos espacio ✔, estamos ligados a la educación porque tenemos formación de traductores ✔….estamos mejor preparados que muchos para enfrentar un desafío así. Peeeerooo….¿tener a los críos todo el día en casa? 🆘 Trago saliva, cierro los ojos y me veo….noooooooo…...los amo con mi vida, pero envidio a las mujeres que me dicen cuánto cambió su vida desde que comenzó la escolaridad de los hijos. No me juzguen. Me llamo Fabiola, tengo 41 años, dos hijos de 3 y 2 años, y soy emprendedora...aquí es cuando ustedes dicen: Hooolaaa Fabiooolaaa 🙎. 

Finalmente, me pregunto: ¿será taaan relevante el colegio en la vida de una persona? ¿Lo fue para mí? Sinceramente, no. Pero pasamos tanto tiempo y tantos años ahí que siento que la experiencia debe ser al menos positiva. 

A pesar de que chacoteo con el tema de los niños 24/7 y al final del día estoy agotada, que mis enanos me cansan a veces hasta las lágrimas, y que criar y trabajar en casa son “ojerosa y desgastantemente” compatibles, tengo esta sensación de que esta etapa llegó demasiado rápido. Que no estoy preparada ni para buscar colegio ni para entregarlos aún al mundo.

Porque entrar al colegio es subirse a un tren sin retorno. Comienzan el viaje hacia el descubrimiento de todo, incluso lo malo que has tratado de evitarles. A su altura, el mundo los espera.  Y ahora descubriremos qué es la crianza respetuosa más allá de la seguridad del hogar, cómo hemos de orientar a nuestro hijo cuando sea víctima o testigo de alguna injusticia, qué diremos a nuestros hijos cuando sientan rechazo o sean rechazados, cómo les explicaremos que somos iguales, aunque nos veamos distintos.

Y a nosotros padres, nadie nos explicará nada...por más libros que leamos como todo en la crianza de los hijos, esto es algo que se vive y experimenta en carne propia. Y aprenderemos al porrazo, y será ensayo y error, y aún así, con nuestras lágrimas, nuestras ojeras y nuestro cansancio, lo haremos bien 💖💖.

 

 

 

27 junio 2019 — Fabiola Lander

Comentarios

Catalina Silva dijo:

Hola! Yo también vivo cerca tuyo.. Comparto prácticamente todo todo lo que cuentas… En santiago era imposible pagar algo así… Y acá pago las 150 que como bien dices hay que pagar para encontrar un colegio que sea más menos de las características que buscas…Pero aunque no hubiese podido pagar un colegio así sé que lo que hice por ellos, decidir dejar el depto de 49 mts cuadrados y regalarles la oportunidad de vivir con la naturaleza y los animales es algo que nada no nadie borrará..por mucho que vayan a un colegio de cemento siempre volverán a su tierra y a sus animales… Eso es impagable… No te urjas tanto con ese tema… Más importante es lo q ya haces.. Estar presente día a día eso si es impagable!!!!!!!!
Un abrazo

Francisca Ritchie dijo:

Leí tu post y me re identificó… creo que coincidimos en lo primordial a la hora de escoger el colegio de tus hijxs. Te cuento que (sin saber que tendría dos hijas) elegí el colegio de mi hija mayor… Es un colegio particular ubicado en peñalolen… no es waldorf ni montessori… pese a que fue lo primero que pensé cuando mi hija era bebé jaja! Elegí un colegio con integración donde mi hija conviva con una realidad diversa que la nutra para que en un futuro sea una persona abierta respetuosa y tolerante con una visión crítica de esta sociedad… estoy completamente feliz con el colegio y me doy cuenta cada día que nadie allí es un número. Más allá de la metodología de enseñanza están las bases a partir de las cuales surgió el establecimiento educativo, su historia… me parece que ahora eso me hace más sentido que mi hija tenga un almuerzo que se cocine a partir de vegetales sembrados en el colegio… lo que me parece hermoso, pero alejado de la realidad y de la forma en la que ella podría hacerse consciente del valioso aporte que podemos ser en una sociedad donde se necesita cada vez más que seamos capaces de ver al otro/a de forma amable aunque sea distinto/a.

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