Este 5 de marzo mi pequeño saltamontes debuta en la escolaridad, ingresa a prekinder.  La verdad es que a sus 4 años es un derroche de entusiasmo y un poco de ansiedad, así que casi no hablamos del tema del colegio porque una vez ahí, no para de preguntar cuánto falta.


Como seguramente te paso a ti, el tiempo se fue demasiado rápido, casi que lo veo como un niño púber (tonteras de una no más poh). Pero sí siento que yo no tenía muchas ganas de transitar por este camino, tan largo, tan lleno de imperfecciones, tan vulnerable. Todo este ambiente que tienes en casa, bajo tu supervisión, donde los riesgos son calculados (y aun así existen los accidentes), donde no hay nada más importante que tus hijos, se acaba. Entregas a los seres que más amas en la vida, tan pequeños, tan puros al cuidado de personas que a tus ojos nunca estarán lo suficientemente capacitadas (aquí estoy escribiendo desde la guata, lo que realmente me pasa). 


Ahora viene la parte racional, aquella donde investigo, leo, busco información que me dé seguridad y tranquilidad. Porque entiendo muy bien que siendo yo el adulto en el que  más confía mi hijo, mi actitud es clave a la hora de que mi pequeño se sienta seguro en el inicio de esta nueva etapa.


De ese estudio, te dejo un resumen de lo que más rescato y que (creo) me servirá para enfrentar esta etapa:


  1. La adaptación del niño a nuevas condiciones del entorno se consolida por las experiencias previas y los vínculos afectivos establecidos.

Bien. Estrellita para nosotros. Según mi parecer el entusiasmo de Gael hacia el inicio de esta etapa de alguna manera se relaciona al hecho de que ahora está listo, no lo estuvo a los 2 ni a los 3. Hoy a sus 4 años, donde entiende que el colegio es donde pasará parte de su día, conocerá nuevos amigos, realizará actividades distintas, y luego volverá a la seguridad de su hogar, donde están sus afectos, su hermano esperando, su familia, sus juguetes ciertamente le dará seguridad para ir y saber que todo seguirá igual al regresar. 

 

       2.  Establecimiento de rutinas definidas y necesidad de independencia satisfecha

Ya sabrán que en la filosofía Montessori las rutinas son esenciales para el desarrollo del niño y la búsqueda de su independencia. Las rutinas le dan al niño seguridad de lo que puede esperar, de lo que viene después. La otra vez leía a una psicóloga que decía que es justamente por eso que los niños tienen sus películas favoritas y las ven una y otra vez: porque saber lo que pueden esperar les da tranquilidad. Bajar la ansiedad los días previos y no cambiar las rutinas de sopetón ayudará muchísimo a que el niño transite por este cambio sin alterarse. Por ejemplo: mis hijos se duermen después de las 21.00, a veces después de las 21.30 cuando andamos atrasados. Ahora que entrará al colegio a las 8, la transición a llevarlo a la cama más temprano debe ser paulatina, que casi ni lo note para que llegado el día, el cambio no lo abrume.

Por otro lado, la crianza con apego es fundamental para que el niño busque su independencia solo, sin presiones. Hoy mismo Gael me decía en tono de pregunta si después del colegio yo lo iba a ir a buscar. Eso me dio tranquilidad, porque fue algo que el solo supuso, y sentí como ese razonamiento surgía de su independencia y su seguridad; me apoyé en su pregunta para reafirmar cómo sería la rutina que tendríamos.

 

         3.  “La mente absorbente del niño”

 

Este es el título de un libro de María Montessori. Y de mi parte, requiere un estudio más acabado. Pero lo menciono para darte una línea de estudio que puedes seguir para confiar más en tu hijo y sentirte más segur@ y tranquil@ en esta etapa. 

Resulta fascinante comprender que los niños (0 a 6 años) tienen una capacidad innata e indiscriminada de absorber el ambiente y hacerlo parte de sí mismo: “un estado creativo inconsciente en el que el niño absorbe el ambiente para auto construirse y adaptarse a él.”

Absorber el ambiente, con todos sus sentidos (algo que hacen desde que nacen) les ayudará a formar su personalidad.

 

             4.  Por último y lo más importante según mi parecer: acepta a tu hijo tal como es, porque eso permitirá una autoestima positiva que se traducirá en que él/ella se acepte a sí mism@.

 

Creo que esto no merece mayor análisis, y quizás te parezca lógico y natural; pero cierto es que muchos niños crecen sintiendo o sabiendo que sus padres esperan algo más u otra cosa de ellos. Y eso se convierte en el detonante de una baja autoestima que sabemos muy bien en qué puede terminar.

 

Yo no soy experta en ninguno de estos temas, no soy psicóloga, ni educadora ni tengo ninguna herramienta especial; solo soy una madre que está a punto de cruzar el primer umbral de independencia y desprendimiento con su hijo mayor; y no niego que tengo temores, pero estoy trabajando en eso. Si como familia también están cruzando este primer portal y algo de esto te hace sentido, feliz leo tus comentarios. 

 

                          💫¡Qué tengan un hermoso y feliz inicio de clases!💫

15 febrero 2020 — Fabiola Lander

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